ZUCCARDI: PASIÓN POR EL OLIVO

Hemos escrito en innumerables oportunidades acerca de las historias que contextualizan al mundo del vino, del aceite y también de otras bebidas e infusiones, a su vez los procesos de trabajo y las tecnologías aplicadas para la obtención de un producto final de mayor calidad, pero hoy vamos a acompañar también con ello a una emoción como la pasión que otorga un condimento especial a la hora de disfrutar un producto, y de eso se trata con los Aceites Varietales de Familia Zuccardi. Como señalábamos, la historia de la Familia Zuccardi comienza allá por 1950, cuando el ingeniero Alberto Zuccardi llega a Mendoza desde Tucumán experimentando con sistemas de irrigación del agua, con lo que implantará un viñedo en 1963 en la región para demostrar el funcionamiento de su sistema de riego, pero lo que de allí surgirá lo que sería el comienzo de su pasión por la vitivinicultura. Pero transcurrirá hasta el año 2004 con la pasión de Miguel Zuccardi, en la que ya no los vinos, sino también sus aceites de oliva harán su aparición desde Maipú en Mendoza y presentándose en sociedad. Si bien había variedades plantadas en Mendoza desde los años 40 y 50, se comenzó a investigar sobre dichas variedades y a desarrollar a partir de ellas aceites de calidad. Tanto es así que se instalaron modernas instalaciones con tecnología italiana para controlar todo el proceso en óptimas condiciones, de modo que en la actualidad cultiva 180 hectáreas en fincas de la provincia de Mendoza y San Juan, con la idea de ampliarlas a 240 has. En ese contexto, Miguel Zuccardi elaborará sus aceites de oliva extra virgen 100 % varietales de tres aceitunas ya típicas de Mendoza: Arauco, Manzanilla y Frantoio y desde 2008 presentará también a su nueva línea Zuelo Intenso, Suave y Clásico, a partir de una selección especial de aceitunas procedentes de sus olivos propios de Maipú en Mendoza y Cañada Onda en la provincia de San Juan. En esta ocasión degustaremos los tres varietales clásicos Arauco, Manzanilla y Frantoio de Familia Zuccardi. Primeramente Arauco que es la variedad típica argentina que muchos comparan al Malbec con el vino, comenzó su desarrollo paradigmáticamente a partir de la erradicación de los olivos ordenada por los reyes de España en el siglo XVIII, su aspecto visual se presenta con un amarillo intenso, algunas tonalidades verdosas, aroma suaves de hierba recién cortada en agradable sintonía con notas frutales, en boca tenuemente amargo y ligero picor en el final expresando un cuerpo elegante y robusto. La variedad Manzanilla es originaria de Andalucía, y fue introducida en el continente hacia 1940, se presenta en vista con un color amarillo dorado y reflejos verdes, destacándose delicados aromas herbáceos con notas de manzana verde que se traducen luego en boca junto con amables sabores amargos y leve picor en final de boca que lo hacen sumamente distinguido. La variedad Frantoio se origina en la Toscana en el centro de Italia y se introdujo en Argentina a comienzos del siglo XX, la cual presenta un color amarillo con tonos verdes, aromas muy frescos y frutales, y en boca conviven agradablemente cierto dulzor y un tenue picor en equilibrada armonía, destacando que cada uno de los varietales presenta no solo las características centrales propias de la variedad, o su seguimiento a lo largo de todo el proceso de producción, sino que también expresa una esmerada entrega que conlleva tiempo y dedicación y en la que se destaca principalmente, la pasión por el olivo. Bon Appetit.